Una nueva manera de gestionar la movilidad en los viajes de empresa y los traslados casa-trabajo

En los últimos años, se han producido grandes cambios que afectan a quienes, en el seno de una empresa, se encargan de gestionar los desplazamientos de los trabajadores y sus correspondientes notas de gastos. Desde el vehículo compartido hasta las nuevas tecnologías, han surgido muchas novedades que han hecho que la gestión de los viajes y desplazamientos sea cada vez más compleja: afrontar este reto de la mejor manera significa, hoy en día, simplificar la comunicación, reducir los costes, mejorar los procesos y aumentar la productividad de todos los empleados desplazados.

No se habla de lo demás, sólo de los desplazamientos propiamente dichos. De hecho, incluso la gestión de los traslados simples —casa-trabajo— del personal ha experimentado desarrollos importantes en los últimos años. Sin embargo, la emergencia sanitaria ha interrumpido y, en parte, modificado este camino de evolución: incluso hablando de movilidad, habrá un antes y un después de la COVID-19.

 

El impacto de la COVID-19 en la movilidad, también para las empresas.

El mundo de la movilidad ha cambiado significativamente desde el estallido de la pandemia. Esta transformación ha sido el resultado de las nuevas necesidades de los usuarios. Pensemos, por ejemplo, en cuáles eran los criterios sobre la base de los cuales, antes de la COVID-19, los responsables de gestionar los desplazamientos tomaban sus decisiones. Se hablaba sobre todo de costes, plazos y comodidad. Desde marzo de 2020, la principal prioridad, tanto para los empleados desplazados como para las empresas, ha sido la seguridad. Así lo confirma también un estudio del Observatorio Nacional de Movilidad Compartida, que demuestra que, en general, la necesidad de garantizar la seguridad es ahora la máxima prioridad para todos los viajeros, tanto metropolitanos como nacionales e internacionales.

 

Fue precisamente la necesidad de garantizar la seguridad lo que frenó la creciente tendencia de los medios compartidos, que, de hecho, hasta febrero de 2020, parecía socavar cada vez más la propia institución de los automóviles propios, privados y de empresa.

 

El distanciamiento social y el alto nivel de higiene provocaron una disminución repentina del uso del transporte público, así como una reducción significativa de la atracción hacia los servicios de vehículos compartidos.

 

La movilidad después del coronavirus

¿Qué pasará en el mundo de la movilidad y, en particular, de la movilidad empresarial, cuando termine la emergencia sanitaria? La mayoría de las tendencias que la precedieron volverán a su curso. Sin embargo, algunos aspectos están destinados al cambio, sobre todo en relación con una mayor atención a la sostenibilidad medioambiental. De hecho, todo el mundo sabe que, durante el confinamiento, la contaminación atmosférica se redujo de forma concreta, lo que demostró que la reducción de emisiones nocivas es realmente posible y la tenemos al alcance de la mano. A partir de esta conciencia, la movilidad sostenible ha tomado un nuevo impulso que, además, ya puede contar con unas bases sólidas que se forjaron en los últimos años: pensemos, por ejemplo, en los Planes de Movilidad Urbana Sostenible de 2017.

Por tanto, a la hora de organizar los desplazamientos y los traslados casa-trabajo de sus empleados, las empresas tienen la misión de explotar eficazmente las plataformas digitales actuales para una movilidad inteligente y sostenible, ofreciendo a sus empleados la oportunidad de pasar de un método de transporte a otro de manera fluida y sencilla, priorizando en todo momento el uso de medios no contaminantes.

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