Trabajo híbrido: cómo gestionar el cambio

Después de la pandemia de la Covid-19 no volveremos al típico trabajo de oficina, pero tampoco nos quedaremos para siempre en el smart working (trabajo inteligente). Lo que nos espera, una vez que dejemos atrás la emergencia sanitaria, es el trabajo híbrido, partiendo del hecho de que una mayor flexibilidad ha proporcionado beneficios tanto a las empresas como al personal. Así lo confirman numerosas investigaciones, como el estudio realizado por el Boston Consulting Group.

La encuesta, realizada a 12.000 empleados en Estados Unidos, India y Alemania antes y después de la emergencia sanitaria, revela que la gran mayoría de trabajadores ha mantenido y, a menudo, aumentado sus niveles de productividad.

 

La gestión de la pandemia ha abierto una nueva y valiosísima perspectiva: ahora, las empresas están llamadas a reconsiderar el espacio de trabajo, adoptando un modelo híbrido.

 

Trabajo híbrido: ¿qué supone?

Tras todos estos meses de emergencia sanitaria, hay una cosa que ha quedado clara: el trabajo no es un lugar. Así resulta más fácil comprender el significado del trabajo híbrido —lo que internacionalmente se conoce como hybrid workplace-: un compromiso entre trabajo presencial y smart working, o, más bien, una modalidad que incluye ambos. La empresa que implementa un modelo de trabajo híbrido prevé un gran margen de flexibilidad, tanto en relación con el puesto de trabajo como en relación con el tiempo.

Pero eso no es todo: lo que caracteriza al trabajo híbrido es también —y sobre todo— la posibilidad, para los empleados, de pasar libremente y de manera fluida del teletrabajo al trabajo presencial, sin obstáculos, sin ralentizaciones y sin reducir de ningún modo su productividad. Pueden intuirse fácilmente las ventajas que supone una gestión de este tipo. Sin embargo, no hay duda de que la transición hacia el trabajo híbrido presenta desafíos importantes y no siempre fáciles para los responsables de los recursos humanos.

 

Nuevia Guía RRHH en Zucchetti!

 

La alta dirección y los retos del trabajo híbrido

La planificación de los turnos, el control de los accesos, la reserva de los espacios de trabajo, la reinvención de las reuniones: desde marzo de 2020, el trabajo de los responsables de RR.HH. experimentó un cambio sin precedentes. Pero los cambios no se quedan ahí. Tras haber preparado un entorno que permita el teletrabajo, la dirección de la empresa debe revisar de nuevo su organización y sus reglas internas.

Y, por supuesto, hay que adelantarse a los acontecimientos, de modo que es necesario decidir, desde hoy mismo, cómo gestionar esta nueva evolución. De hecho, no podemos correr el riesgo de bajar la guardia, de perder valiosos días para reactivar la empresa o incluso de defraudar a nuestros talentos, ya que esto podría traducirse en un abandono.

Por tanto, es necesario dotarse de un software específico para la gestión de espacios y accesos, así como plantear la hipótesis del uso de tecnologías inmersivas para que la interacción a nivel digital sea incluso más eficaz. Sin embargo, no se trata únicamente de encontrar las herramientas adecuadas: para garantizar que el trabajo híbrido se convierta realmente en un modelo eficaz para nuestros negocios, también es necesario cambiar la cultura empresarial en su conjunto, por ejemplo, encontrando nuevas formas de mantener en todo momento el compromiso de nuestra plantilla.