Un nuevo concepto de «Bienestar del trabajador» que llega a nuestros entornos laborales, se llama «Bienestar Corporativo»

Las expectativas más altas en las trayectorias personales y profesionales de las personas están cambiando inevitablemente las preferencias de los trabajadores. Estos buscan el bienestar corporativo con una demanda cada vez más precisa de servicios en un contexto en el cual hablar sólo de salarios y beneficios ya no es suficiente.

 

El bienestar corporativo es una poderosa herramienta que[…] por sí sola supera la lógica «económica» para dar respuestas de una manera «socio económica». Con el bienestar corporativo, «pagar al empleado» es reemplazado por una «relación con la persona» que considera y ordena las necesidades y deseos durante las diversas etapas de su vida. (Informe 2017 del índice de bienestar, PMI)

 

Además de la cuidadosa gestión de la remuneración, también debe garantizarse la comodidad y la seguridad personal del empleado. Especialmente cuando viaja o se desplaza. También gracias a una de las herramientas más potentes que posee la dirección de la empresa, como es la política de viajes (Travel Policy). Una política de viajes no es sólo armonizar los procesos con el fin de contener los costes, sino también garantizar que el empleado viaje de forma segura y pudiendo conciliar su vida laboral y personal.

 

 

Desde las vacunas hasta la formación personal sobre cómo comportarse en el lugar de trabajo, hay gran información relevante para la organización de un viaje. La planificación y organización del viaje puede representarse como, particularmente, crítica en términos de planificación y compra. Son los detalles que, en su conjunto, garantizan un alto nivel de seguridad y la gobernanza de los procesos de negocio se puede facilitar, en gran medida, por la gestión de las autorizaciones de viaje en políticas automatizadas y responsables.

 

Por otro lado, existen una serie de riesgos que dan aún más importancia al “Bienestar Corporativo”. Un ejemplo claro es la sucesión de acontecimientos de terrorismo en Europa en los últimos años que ha cambiado la forma de pensar de las empresas sobre qué papel juegan en los diversos riesgos de su personal, independientemente de los destinos a los que se desplace. Otro riesgo evidente y de gran importancia es el aspecto de la atención médica. Priorizar la salud de los empleados en el extranjero o de los propios expatriados es un componente esencial del “Duty of Care”, permitiendo evitar o al menos reducir enfermedades cuando regresan de los viajes. Para garantizar el bienestar de su capital humano, las empresas deben tener una visión correcta de la salud mundial con el objetivo de dar a sus empleados una conciencia de los riesgos para la salud que corren visitando ciertos países en momentos particulares, pudiendo tomar las precauciones necesarias en cada caso.

 

Por último, y quizás el riesgo más evidente dados los tiempos que vivimos, es la materialización de una amenaza natural (virus, terremoto, inundación…). Es esencial tener a nuestra disposición estrategias eficaces de gestión de crisis. En primer lugar, un procedimiento estándar debe permitir que todas las partes interesadas comprendan la situación y tomen medidas para proteger a los trabajadores. Probado periódicamente, el programa debería incluir, en particular, una definición precisa de los acontecimientos que suponen su activación, las tareas y responsabilidades de cada persona implicada a nivel corporativo y local. De la misma forma, deberá contemplar la forma de recurrir a la intervención de realidades ajenas a la empresa. En todos estos casos la regla de oro es la siguiente: simplicidad y supervisión.

 

Por tanto, Las normativas vigentes sobre riesgos en cada país deben ser claras e indicar la dirección que las empresas están obligadas y son responsables de tomar con las medidas necesarias para la protección de la seguridad laboral, con sanciones administrativas contra la empresa o entidad que las incumpla. Dichas medidas contemplan tanto las medidas particulares en función del tipo específico de actividad realizada, como las medidas generales dictadas por la prudencia y el sentido común.

 

Así pues, ¿cómo minimizar la exposición al riesgo y adherirse a la normativa vigente?  Es necesario planificar y mapear todos los riesgos presentes dentro de la organización de la empresa.

 

La seguridad, aspecto clave que hace referencia a la obligación ordinaria (evaluación de riesgos y medidas de prevención) en el lugar de trabajo, a la que se añade también la protección contra los riesgos no laborables. Y es precisamente en este ámbito y durante un desplazamiento laboral donde existe un mayor riesgo de responsabilidad para las empresas. Por lo tanto, si no queremos vernos desprovistos en el futuro, es recomendable disponer de un sistema de gestión de riesgos y seguridad de viajes que pueda hacer frente a las múltiples amenazas que pueden afectar a un viajero.

 

Entre otras medidas a tomar, es necesario disponer también de un sistema de inteligencia (estudio y procesamiento de tiempos de viaje, análisis de rutas alternativas, identificación de «área segura» que se utilizará en casos de activación, profundización en las áreas fijadas, etc.).

 

Por último, habiendo elaborado la Política Corporativa para la gestión del personal que viaja, los resultados obtenidos de las actividades de inteligencia deben ser analizados con el fin de evaluar mejor los riesgos y amenazas que podrían afectar al capital humano presente en esa área, a fin de definir con precisión qué mitigar y qué aceptar en términos de riesgo, de acuerdo con una lógica costo-beneficio.